August 19, 2022
La depresión muchas veces no llega gritando…
Llega en silencio, disfrazada de apatía, de cansancio constante, de “no tengo ganas”, de “estoy bien” que en el fondo no lo está.
Y cuando no le damos espacio para ser vista, comprendida y abrazada, puede crecer hasta nublarlo todo.
Por eso es tan importante atenderla antes de que se complique.
¿Cómo se hace eso?
Primero, reconociendo lo que sientes.
Sin juzgarlo.
Sin minimizarlo.
Sin esconderlo detrás de la productividad, el humor o la fuerza forzada.
Permítete sentir.
Y si lo que sientes es tristeza, vacío o desconexión, eso también merece espacio.
Segundo, hablándolo.
No estás solo.
Y no tienes que poder con todo.
Hablar con alguien que te escuche sin juicios, que te permita soltar, llorar, poner en palabras lo que duele… puede ser profundamente sanador. A veces no necesitas consejos. Solo presencia. Escucha. Acompañamiento.
Tercero, buscando ayuda profesional si lo necesitas.
La depresión no es una debilidad.
Es una señal de que algo en ti pide atención.
Y merece ser atendido con respeto, con empatía, con amor.
Cuarto, cultivando hábitos que te reconecten contigo.
Respira profundo.
Camina en silencio.
Duerme.
Escribe lo que sientes.
Rodéate de quienes te suman.
Y si no hay nadie en este momento, recuerda que Wellroom existe para eso: para que no atravieses tu proceso solo.
Si este artículo resonó contigo y sientes que necesitas ser escuchado sin juicios y desde el corazón, Wellroom es tu espacio. Agenda tu sesión o escríbeme. Estoy aquí para ti.
— Javier Enrique Santos Castillo